El esturión del Guadalquivir. Cómo podemos recuperarlo.

José G. Guerra
José G. Guerra

Socio fundador de Linde Verde en 2015. Máster en Restauración de Ecosistemas por la Universidad de Alcalá. En la actualidad desarrolla su trabajo como investigador en el campo de la agroecología.

El esturión europeo (Acipenser sturio) es una especie de pez anádroma que ha sido capturado históricamente por su carne y el valor de sus huevas pero que hoy en día está al borde la desaparición (Categoría Mundial IUCN: en Peligro Crítico).

Fig .1. Evolución del área de distribución de Acipenser sturio en Europa

Durante el siglo XX ve diezmada su población en toda Europa, reduciéndose su población actualmente a entre 20 y 750 adultos reproductores, que desovan únicamente en el Estuario del Gironde (Francia).

En España ha estado presente históricamente, siendo pescado desde la antigüedad. Durante el siglo XX se inicia el declive de sus poblaciones, desapareciendo sistemáticamente de los ríos españoles. En el Ebro y en el Duero desapareció en los años 70, en el Guadiana a principios de los 80, capturándose el último ejemplar en el Guadalquivir en 1992.


Causas de la desaparición del esturión y medidas para la restauración de su hábitat
Esturión pescado en el Guadalquivir a mediados del siglo XX.

El esturión europeo ha estado presente en el Guadalquivir desde sus orígenes, siendo conocido en esta zona como “sollo”. Precisamente la expresión popular “estar gordo como un sollo”, hace referencia a la gran dimensión de las hembras de esturión que remontaban el Guadalquivir para desovar aguas arriba.

Para entender la repercusión económica que tenía este pez en el entorno de Sevilla nos basta con remontarnos al siglo XX, cuando existió una factoría dedicada al esturión,  Factoría Ybarra, en el municipio sevillano de Coria del Río. Entre 1932 y 1970, dicha factoría procesó cerca de 160.000 kilos de esturiones (más de 4.000 ejemplares), de los que se obtuvieron unas 16 toneladas de caviar.


¿Cuál fue la causa de su desaparición?

La causa principal de la desaparición del esturión europeo en el Río Guadalquivir fue la construcción de la Presa de Alcalá del Río en 1930.  El esturión tuvo que soportar además la sobrepesca, la extracción de gravas por barcos areneros, la contaminación y eutrofización de las aguas del Guadalquivir, la disminución de su caudal y, finalmente, aunque con un efecto menor, la introducción de especies exóticas.

La construcción de la presa de Alcalá del Río cerró el paso al área de desove que se situaba justo por encima de la presa, en unas zonas de aguas superficiales y fondos de grava, un hábitat propicio para la freza. Posteriormente, se construyó la presa de Cantillana (1956), aguas arriba de la presa de Alcalá del Río. A pesar de este impacto, los esturiones consiguieron establecer frezaderos aguas debajo de la presa de Alcalá.

Fig. 3. Tramo óptimo y subóptimo del Guadalquivir para el desove del esturión.

Pero la construcción de estas presas supuso además un cambio en el ecosistema al producirse una modificación en el movimiento de las aguas, pasando de ser un sistema de aguas en movimiento o lótico, a un sistema de aguas estancadas o  léntico. Esto genera unos cambios en la naturaleza física, química y biológica del medio que transformó las características del río y, en consecuencia, del hábitat de las especies que en él se albergaban. También se modificó las tasas de transporte de sedimentos, afectando en la dinámica del cauce aguas abajo del embalse. Ya no se producía la sedimentación que de forma natural se da en las zonas bajas y en los estuarios de los ríos, los materiales eran retenidos por la presa. Cuando se retenía mucha cantidad de material en el embalse, se producía una colmatación que requería la suelta selectiva de aguas turbias, que se realizaba de una manera brusca y que afectaba a los huevos y larvas de peces.

Los concesionarios de estas instalaciones, ENDESA S.A., tienen derecho a seguir utilizándolas hasta el año 2061, si bien, el rendimiento hidroeléctrico que supone es muy bajo en comparación con los daños ambientales que está provocando.


¿Es posible reintroducir el esturión en el Guadalquivir?

La respuesta es . Pero ello requeriría no sólo la restauración de su hábitat, limitando los impactos negativos que sufre actualmente el Guadalquivir, sino también  la introducción de nuevos ejemplares procedentes de la reproducción artificial, dentro de un marco de cooperación internacional, ya que es una especie de interés comunitario en estado crítico de conservación.


¿Y cómo restauramos su hábitat?

Dado que es la existencia de las presas de Alcalá del Río y Cantillana, el principal factor que impide la vuelta del sollo a nuestro río, cualquier solución pasa por salvar estos obstáculos, o bien con una estructura que permita que estos peces remonten aguas arriba (escala para peces) o bien mediante la eliminación de estas presas.

La construcción de una escala para peces no sería efectiva debido a la nula capacidad de salto del esturión y a las condiciones que necesita para remontar el río, ya que las hembras de esturión se desplazan en las zonas más profundas del río debido a su baja capacidad natatoria por el gran peso que tienen justo antes del momento de desove.

Por tanto, la única solución para que el esturión vuelva a habitar las aguas del Guadalquivir pasa por la demolición de las presas de Alcalá del Río y Cantillana, apoyándonos en varios factores:

Escala para peces en el río Columbia, Oregon (USA)

a)Corto período de concesión restante y amortizado rendimiento.

b)Numerosas oportunidades para su demolición debido a que, el Bajo Guadalquivir, se encuentra dentro de la figura de LIC en la Red Natura 2000.

c)Obligación legal establecida en la Directiva Marco del Agua de impedir la degradación de los ríos y de mantener su buen estado ecológico.

d)El precedente de otras demoliciones que se han llevado a cabo en países como Alemania, EE UU o en Francia.


No se trataría en cualquier caso de demoler toda la presa, sino de realizar una demolición controlada que permitiera recuperar el caudal ecológico del Guadalquivir, y dar vida de nuevo a un río que durante siglos ha sido fuente de riqueza, y que hoy en día se encuentra en estado terminal.

Lo que planteamos no es algo novedoso, ya que en otros países como Alemania, Francia o Estados Unidos, se han demolido en las últimas décadas más de 600 presas con el fin de recuperar las funciones ecológicas de los ríos.

El regreso del esturión al Guadalquivir no es una utopía. La demolición de las Presas de Alcalá del Río y Cantillana lleva siendo demandada desde hace tiempo por diferentes entidades como WWF, o apareciendo en periódicos de tirada nacional como El País (http://elpais.com/diario/2004/06/24/andalucia/1088029336_850215.html). Es necesario unir fuerzas y realizar una importante labor pedagógica para que los habitantes de los municipios del Guadalquivir entiendan los enormes beneficios que traerá consigo la eliminación de estas barreras que están matando al Guadalquivir.

Restaurando el hábitat del esturión no sólo conseguiremos la vuelta de esta especie, sino que conseguiremos recuperar también otras especies de alto interés piscícola como la anguila o el sábalo, que han visto muy mermadas sus poblaciones durante las últimas décadas.

Y es que no se trata únicamente de beneficios ecológicos, sino del beneficio económico que supondría recuperar una actividad pesquera hoy en día prácticamente inexistente, y que hasta hace sólo unas décadas fue fuente de riqueza para los municipios ribereños.

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